Vivir es no dejar nunca de aprender, y este aprendizaje nos mantiene
vivos y realizados. Tener un hijo es solo una etapa más que viene
acompañada de un auténtico torbellino de nuevos aprendizajes, sin tiempo
y muchas veces sin la calma necesaria para asimilarlos. La prisa es un
componente fundamental de nuestras vidas, no podemos escapar de ella
salvo que vivamos como ermitaños, y aún así siempre tendremos algo que
hacer y un tiempo para realizarlo.
Tener un hijo es una importante responsabilidad pero es también un
proyecto de vida. A veces querríamos encapsular esos momentos de risas,
logros o manifestaciones de cariño y, sobre todo, poder prestar toda
nuestra atención a esa personita recién llegada. Pero lo cierto es que
de repente hemos aceptado hacer todo lo que siempre dijimos que no
haríamos y además el paso dado no tiene vuelta atrás. El tiempo que la
vida nos da para esta crianza es insuficiente y aunque lo último somos
nosotros es inevitable trabajar y ganarnos el sustento con el que poder
sacarle adelante.
Nuestras madres lo dieron todo en su paso al frente para abrir brecha en
el mercado laboral. Tuvieron que demostrar más en unos años que muchos
hombres en toda su carrera. Así demostraron que podían criar y
realizarse profesionalmente. Tenemos generaciones de mujeres con la
mejor formación de la historia. Pero ¿cómo equiparar los tiempos de
crianza y trabajo? ¿hay en esta sociedad aún espacio para esto? o
tenemos los progenitores que seguir eligiendo, hora a hora, día a día
para equilibrar esta difícil balanza.
Hoy los padres también crian, limpian, alimentan, visten y juegan con
sus pequeños. Concilian y renuncian, se sacrifican y abren un importante
camino con sus reivindicaciones y su ejemplo. No está todo ganado.
Queda mucho camino por recorrer pero los nuevos padres y madres queremos
hacer un pequeño parón y reivindicar nuestro derecho a la crianza.
En países donde cada vez nacen menos niños, en un mundo con toda la
información al alcance de todos, con una perspectiva de bienestar minada
por la crisis... En esta realidad, queremos reivindicar la conciliación
para poder criar. Vivir tenemos que vivir deprisa, y trabajar, sí, pero
queremos criar despacio y con mucha atención. Ése es nuestro reto y
nuestra responsabilidad.
La pregunta es si sabremos hacerle frente y la sociedad será corresponsable con nosotros.
¿Tú qué crees?
No hay comentarios:
Publicar un comentario