jueves, 18 de febrero de 2016

La pirámide demográfica y la conciliación

Sobre conciliación he oído y leído ya una buena cantidad de cosas. Desde el eminente experto que dice que para el impulso demográfico la conciliación no sirve de nada y lo que hay que hacer es repoblar con inmigrantes... ¿dónde quedan los derechos de las madres españolas?, se podría preguntar una. Hasta el político al que se le llena la boca pidiendo que las guarderías alarguen su horario hasta el infinito. Puede que algún día se enteren de que muchos padres no quieren basar su crianza en tener al niño 12 horas en un centro infantil, aunque para mí, como para mucha gente, este sector es un servicio necesario.

Ahora que se ha publicado la pirámide poblacional de Galicia todos hemos alucinado. Seguro que muchos recordáis como yo la clase de sociales de EGB, donde veíais aquellos gráficos en forma de triángulo. Pues bueno, eran tiempos de muchos nacimientos y también muchos fallecimientos. Hoy el panorama ha cambiado, y los expertos se llevan las manos a la cabeza porque no nacen niños, la esperanza de vida se ha alargado considerablemente y aquella enorme generación que nació en la postguerra española ahora es abuela o abuelo. Ya no hablamos de pirámide sino de lo que va camino de convertirse en un rombo.

En La Voz de Galicia de hoy recoge una tribuna de opinión del catedrático de sociología Antonio Izquierdo Escribano, en el que se analizan las causas de este cambio en la estructura poblacional gallega. Aunque sin citar la palabra conciliación, este experto habla del "desajuste entre el deseo de ser madre y las condiciones reales para serlo". Claro, todos sabemos que no es fácil hacer compatible una carrera profesional con la crianza y educación de un niño. Aborda el tema del segundo hijo, cuestión que pocas veces se toca, por cierto. "La fecundidad también se reduce porque quienes quieren tener más de un hijo no encuentran apoyo público para su buena cría". Aquí aludimos directamente al tema de las ayudas, sean fiscales, en infraestructuras o del tipo que sean, teniendo en cuenta cómo son los salarios, y especialmente los de las mujeres, en nuestro país.

El artículo sigue llegando a los remedios clave para esta sangría poblacional. "El remedio reside en apoyar a la mayoría de las mujeres", dice este sociólogo. Lo cierto es que muchas veces las ayudas públicas son solo para las rentas tan sumamente bajas que dejan fuera a un grueso número de padres y madres que tienen un nivel adquisitivo bastante bajo. Pero la mayor verdad llega en la mitad del artículo al expresar que las madres queremos compatibilizar trabajo y familia, y para ello hay que asegurar que a la maternidad "no le siga un despido laboral". Una triste realidad esta, que con la crisis se ha acentuado y que las autoridades que tanto lloran por nuestra demografía siguen sin inspeccionar ni sancionar en muchas ocasiones.

Algunas empresas -en Galicia los ejemplos aún son bastante tímidos- han ido haciéndose sensibles a la conciliación como un derecho para sus trabajadores y conscientes también de la dimensión social de estos programas. Pero queda mucho camino por andar, empezando porque nos escuchen a las mujeres y dejen de interpretar nuestra realidad por nosotras.


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