lunes, 8 de mayo de 2017

La conciliación y el huso horario español

Hace solo unas semanas tuve la oportunidad de escuchar en el Muncyt de A Coruña una charla sobre el huso horario de nuestro país, impartida por Jorge Mira, catedrático de Electromagnetismo de la Universidad de Santiago de Compostela. Precisamente gracias a la programación de este museo, siempre con la vista puesta en la conciliación, que programó la sesión coincidiendo con un taller para niños sobre la medición del tiempo y los relojes, es por lo que pude dejar a los niños en esta actividad y sumarme a la conferencia del profesor Mira. 

La exposición de este investigador y divulgador estuvo centrada en rebatir algunas ideas erróneas, a su parecer, que se difunden a través de redes sociales sobre el tema del huso horario. Y es que hay una asociación denominada ARHOE que ha tenido la valentía de iniciar un encendido debate en la sociedad española sobre este tema, el de la racionalización de los horarios y precisamente en relación con la conciliación y las necesidades de conciliar que los padres y madres tenemos. Al margen de discusiones científicas, el trabajo de esta asociación me parece encomiable.

Mira explicó punto por punto por qué motivo piensa él que se equivocan quienes proponen un cambio del huso horario, esto es, alinearnos con la otra Europa, la que madruga más que nosotros y se retira antes, adelantando la vida y las jornadas laborales una hora. El científico cree que realizar este cambio sería un error pues ya estamos en el huso horario que nos corresponde, según él, y además cree que algunas cosas que podemos leer en las redes sociales como que Franco cambió nuestro huso horario para adaptarlo a la Alemania de Hitler es un bulo que ha ido tomando forma en internet pero del que no hay constancia documental. 

Escuché toda su exposición con gran interés, y como yo la veintena de personas que un sábado de arranque de Semana Santa nos dimos cita en el museo para escuchar hablar de un tema tan minoritario. Y asistí al turno de preguntas hasta que los niños terminaron la actividad y me tuve que marchar, no sin dejar de darle vueltas en la cabeza a este tema. Otra de las cuestiones que criticó duramente Mira fue que las comisiones como la de Igualdad del Congreso no contaran con más científicos.

Por aportar algunas reflexiones en este espacio virtual que dedicamos a la conciliación hay que decir que este ponente no es la primera persona que me encuentro que se muestra radicalmente en contra de que le cambien sus horarios, él mismo explicaba que aprovechaba el mediodía para ir a nadar, y el trastorno que le supondría tener menos tiempo para comer y modificar sus actividades en este rato. Quien menos y quien más tenemos nuestra vida acomodada a unos hábitos y de entrada todos somos reacios a los cambios.

Sin entrar a discutir si estamos en el huso horario que nos corresponde o no... no soy científica ni me atrevería a rebatir el tema a este catedrático, lo que sí es cierto es que los padres y madres de este país necesitaríamos que en algún momento alguna comisión, o medida legislativa, o lo que fuera, tuviera la valentía de apostar por la conciliación. Tener hijos hoy es duro, no digo que no lo fuera antes, no podemos comparar la situación de la mujer hace un siglo con la de ahora, pero lo cierto es que los horarios laborales y los escolares no casan sin que uno de los dos miembros de la pareja renuncie total o parcialmente a su carrera, no al menos si queremos criar en primera persona, que es algo a lo que deberíamos tener derecho. 

Cuando en España nos sentamos en la oficina, en muchos países de nuestro entorno estan casi almorzando, y cuando retomamos la jornada tras la comida en estas improductivas jornadas partidas, los anglosajones están cenando con su familia. He visto la hora punta de las 5 de la tarde en la city londinense y realmente son mareas humanas saliendo del trabajo, cuando en España prolongamos nuestra jornada laboral hasta las 6, 7 u 8 de la tarde. 

Al final esto es un tema de consenso pero que alguien a nivel social tiene que explicar y propugnar. El profesor Mira prefiere llamarlo "cambio de horarios" que de huso horario, a mí me parece bien, pero sí soy partidaria de un cambio que no obligaría a cambiar su hora de comer ni de nadar o bailar a nadie, solamente haría que a nivel general tuviéramos nuestros derechos más salvaguardados y fueramos más productivos en las mismas horas que lo es el resto de Europa. 

¿Si en Inglaterra los supermercados cierran a las 5, y la gente compra igual, por qué en España tienen que estar abiertos hasta las 22 horas? ¿No tienen esos trabajadores derecho a conciliar? Es solo un ejemplo aislado pero en las profesiones y actividades donde es posible adaptar los horarios laborales a los familiares... ¿no deberíamos intentarlo?

Me encantó un ejemplo que puso un asistente a la charla. En su día, cuando los colegios pasaron de jornada partida a intensiva mucha gente protestó también, y hoy a nadie se le ocurriría volver a un horario de mañana y tarde. Sin embargo, con los trabajos nos hemos quedado a mitad de camino, porque muchos padres que trabajan por cuenta ajena en empresas sí tienen que hacer ese parón, lo que obliga a contar con una tercera persona en el cuidado de nuestros hijos como explicábamos al principio, o a una renuncia, que por tema de desigualdad salarial y condiciones de trabajo, solemos tener que asumir las mujeres. 

¿Qué opinas? ¿Crees que es posible mejorar la conciliación propugnando un cambio de horarios?